La última semana ha sido complicada, más que nada porque es una semana corta, con el lunes como festivo, como ya conté, pero es que además mañana viernes solo trabajo medio día y por la tarde me piro al aeropuerto y me subo en un cilindro metálico y doy un salto de más de cuatro mil novecientos kilómetros hasta Doha y después de estirar las piernas daré otro salto de tres mil trescientos y pico kilómetros hasta Malé y todos sabemos que si estoy ahí quiere decir que voy a pasar ocho días buceando en las Maldivas, en este caso en una isla llamada Rasdhoo, al este de Malé y voy porque tengo que aprovisionarme de más y más y muchos más vídeos de buceo porque el Ancestral está angustiado pensando que se me van a acabar.
Como en ocasiones anteriores y en realidad desde ayer, el mejor blog sin premios en castellano está ya en piloto automático, al menos hasta el lunes. He dejado los dos fines de semana con cine, cuatro pelis en el primero y tres en el segundo y la semana que viene tendremos mi diario del viaje, como en otras ocasiones, con lo que no habrá vídeos pero sí que iré contando lo que vivo cada día, como siempre, algo que irá acompañado de imágenes y vídeos que se pueden ver en diferentes redes sociales para aquellos que están conectados conmigo. En esta ocasión solo voy nueve días, con lo que el domingo de la semana que viene lo pasaré haciendo la ruta inversa y volando de vuelta a mi keli. Intentaré bucear de nuevo nada más aterrizar en Shark Tank, con todos esos tiburones de todas las razas y rezo y rezo y rezo para que las mantas hayan regresado a su estación de limpieza, pero si no recuerdo mal, el chamo me dijo que se iban en diciembre y no volvían hasta julio, con lo que es probable que no tenga esa experiencia mística. Para aquellos que saben un montón de geografía, estaré al sureste de la India, que estos días está embroncada con los joputas-terroristas-islámicos pakistaníes y en el primer vuelo creo que pasamos por encima de Irak, otro regalito de país que normalmente evitan las líneas aéreas occidentales.
Aquellos que sientan alguna curiosidad malsana y no están socialmente conectados conmigo, aquí tienen el enlace super-hiper-mega secreto a una de ellas, en la que se verán cosillas, como en el viaje anterior. Cruzad los dedos de los pies y hasta los de las manos para que los dioses de los tiburones, de las mantas y de las águilas marinas estén conmigo y me bendigan con sus bellísimas creaciones. Al Dios de las tortugas, que le den, que son muy aburridas.
Y este es un buen momento para recordar el resumen que hice con prisas y corriendo cuando regresé en noviembre: